Agitar el ácido acético puede provocar salpicaduras o derrames, lo que puede provocar lesiones. Además, agitar el ácido acético puede liberar vapores nocivos que pueden inhalarse y provocar irritación respiratoria.
Si necesita remover ácido acético, es importante hacerlo lenta y cuidadosamente. Utilice siempre guantes y protección para los ojos y evite respirar los vapores. También es importante agitar el ácido acético en un área bien ventilada.