El agua y la sal tienen diferentes densidades, por lo que sus pesos dependen del volumen que se considere. En peso, la sal suele ser más pesada que el agua. Por ejemplo, un kilogramo de sal pesa más que un kilogramo de agua. Sin embargo, si consideramos volúmenes iguales, el agua es más pesada que la sal. Esto se debe a que el agua tiene una densidad mayor que la sal. Por ejemplo, un litro de agua pesa más que un litro de sal.