1. Transferencia de electrones:durante el enlace iónico, uno o más electrones se transfieren de un átomo a otro. Esto da como resultado la formación de iones cargados positivamente (cationes) e iones cargados negativamente (aniones).
2. Capas electrónicas completas:Después de la transferencia de electrones, los átomos involucrados en el enlace iónico alcanzan capas electrónicas completas. Las capas de electrones completas son más estables porque tienen la configuración energética más baja posible.
3. Atracción electrostática:los cationes cargados positivamente y los aniones cargados negativamente se atraen entre sí debido a fuerzas electrostáticas. Estas fuerzas electrostáticas entre iones con cargas opuestas mantienen unido el compuesto iónico.
4. Formación de red:en los compuestos iónicos, los cationes y aniones se organizan en un patrón regular y repetitivo llamado red cristalina. Las fuerzas electrostáticas entre los iones en la red son lo suficientemente fuertes como para mantener estable el compuesto y evitar que los átomos se muevan libremente.
Por ejemplo, en el cloruro de sodio (NaCl), el sodio pierde un electrón frente al cloro, lo que da como resultado la formación de iones Na+ y Cl-. Tanto el sodio como el cloro alcanzan configuraciones electrónicas estables, similares a las de los gases nobles neón (Ne) y argón (Ar), respectivamente. La atracción electrostática entre los iones Na+ y Cl- forma un enlace iónico y estos iones se organizan en una red cristalina cúbica.
En resumen, después del enlace iónico, los átomos involucrados alcanzan estabilidad al lograr capas electrónicas completas y formar fuertes atracciones electrostáticas dentro de una red cristalina iónica. Esta configuración estable minimiza la energía general del sistema y evita más reacciones químicas.