Puede cambiar el dióxido de carbono de un sólido (hielo seco) a un gas (dióxido de carbono gaseoso) aumentando su temperatura. Esto se puede hacer dejando el hielo seco a temperatura ambiente, colocándolo en un área cálida o calentándolo directamente con una fuente de calor como una estufa o chimenea. A medida que el dióxido de carbono absorbe calor, pasa de sólido a gas sin pasar por la fase líquida. Esto se conoce como sublimación.