Una esponja es un sólido. Es un material poroso que está formado por una red de diminutos agujeros. Esta red de agujeros permite que la esponja absorba y retenga grandes cantidades de agua u otros líquidos. Sin embargo, la esponja en sí no cambia de forma ni de volumen cuando absorbe líquido. Esto significa que es un sólido, no un líquido o un gas.