Compuestos iónicos se forman por la transferencia de electrones de un átomo a otro. La fuerza electrostática de atracción entre los iones positivos y negativos mantiene unido el compuesto. Los compuestos iónicos suelen ser duros, quebradizos y tienen puntos de fusión altos. Los ejemplos incluyen cloruro de sodio (NaCl), yoduro de potasio (KI) y fluoruro de calcio (CaF2).
Compuestos covalentes se forman al compartir electrones entre átomos. El enlace covalente es un enlace fuerte que resulta de la atracción entre los núcleos cargados positivamente y los electrones cargados negativamente. Los compuestos covalentes suelen ser blandos, tienen puntos de fusión bajos y son solubles en disolventes orgánicos. Los ejemplos incluyen metano (CH4), agua (H2O) y dióxido de carbono (CO2).
Compuestos metálicos Se forman por la atracción entre átomos metálicos. El enlace metálico es un enlace débil que resulta de la atracción entre los iones metálicos cargados positivamente y los electrones cargados negativamente. Los compuestos metálicos suelen ser duros, brillantes y tienen puntos de fusión altos. Los ejemplos incluyen cobre (Cu), aluminio (Al) y hierro (Fe).