El descubrimiento del tungsteno a menudo se atribuye al químico y mineralogista sueco Carl Wilhelm Scheele en 1781. El descubrimiento se produjo durante una serie de experimentos que Scheele realizó para investigar un mineral conocido como wolframita. Scheele analizó químicamente la wolframita y se dio cuenta de que contenía un nuevo elemento. Aunque no aisló el tungsteno metálico, nombró al nuevo elemento "tungsteno" de las palabras suecas "tung" y "sten", que significan piedra pesada. No fue hasta 1783 que dos químicos españoles independientes, los hermanos Juan José y Fausto Elhuyar, lograron aislar el tungsteno metálico.