Covalentes y no metales generalmente tienen puntos de fusión bajos porque las fuerzas que los mantienen unidos son relativamente débiles. Sin embargo, existen algunas excepciones a esta regla. Por ejemplo, el diamante, que está hecho de carbono puro, tiene un punto de fusión muy alto (3550 °C). Esto se debe a que los átomos de carbono del diamante están unidos entre sí formando una red covalente muy fuerte. Otro ejemplo es el carburo de silicio (SiC), que también tiene un alto punto de fusión (2730 °C).
En general, los compuestos que tienen puntos de fusión altos tienden a ser iónicos o covalentes polares, en lugar de covalentes y no metálicos. Esto se debe a que las fuerzas electrostáticas entre iones o moléculas polares son más fuertes que los enlaces covalentes entre no metales.