Esto se debe a que la solubilidad de un soluto en un disolvente aumenta con la temperatura. Esto se debe a que cuanto mayor es la temperatura, más energía cinética tienen las moléculas del disolvente. Esto significa que se mueven más rápidamente y pueden romper las moléculas de soluto más fácilmente. Como resultado, se pueden disolver más moléculas de soluto en el disolvente.