El coeficiente tiene dos propósitos principales:
1. Equilibrio de la ecuación:los coeficientes se utilizan para equilibrar una ecuación química para garantizar que se cumpla la ley de conservación de la masa. El equilibrio implica ajustar los coeficientes delante de los reactivos y productos para asegurarse de que el número de átomos de cada elemento sea el mismo en ambos lados de la ecuación.
2. Representación de cantidades relativas:los coeficientes indican las cantidades relativas de sustancias involucradas en la reacción. Por ejemplo, si el coeficiente delante de un reactivo es 3, significa que se requieren tres moléculas (o moles) de esa sustancia para la reacción. De manera similar, el coeficiente delante de un producto indica la cantidad de moléculas (o moles) de ese producto formado.
Al utilizar coeficientes, las ecuaciones químicas proporcionan una descripción cuantitativa de los reactivos y productos involucrados en una reacción química, lo que nos permite comprender y analizar la estequiometría de la reacción.