El sodio (Na) y el flúor (F) son un ejemplo común de átomos que forman un enlace iónico. El sodio es un metal que tiende a perder fácilmente su electrón más externo, mientras que el flúor es un no metal que tiene una alta electronegatividad, lo que significa que atrae fuertemente los electrones. Cuando estos dos elementos se juntan, el sodio transfiere su electrón más externo al flúor, lo que da como resultado la formación de iones Na+ y F-. La fuerte atracción electrostática entre los iones Na+ y F- forma un enlace iónico que da lugar al compuesto fluoruro de sodio (NaF).