1. Desgasificación volcánica:Las erupciones volcánicas liberan varios gases, incluidos cloruro de hidrógeno (HCl) y cloro (Cl2) a la atmósfera. Estos gases eventualmente se disuelven en el agua de lluvia y son transportados a los océanos a través de ríos y arroyos.
2. Respiraderos hidrotermales:El cloro también se libera a los océanos desde los respiraderos hidrotermales en el fondo del océano. Estos respiraderos arrojan agua caliente rica en minerales que contiene compuestos de cloro disueltos. A medida que el agua se enfría, estos compuestos precipitan y contribuyen al contenido de cloro en los océanos.
3. Aerosoles marinos:El cloro está presente en los aerosoles marinos, que son pequeñas gotas de agua de mar que se liberan a la atmósfera a través de la acción de las olas y el viento. Estos aerosoles pueden viajar largas distancias antes de volver a depositarse en los océanos mediante precipitación o deposición seca.
4. Aportes fluviales:Los ríos y arroyos transportan cloro disuelto desde fuentes terrestres, como la erosión de rocas y minerales que contienen cloro, la escorrentía de campos agrícolas y la descarga de aguas residuales. Estos aportes contribuyen a la carga de cloro en las aguas costeras.
5. Actividades humanas:Las actividades humanas, como los procesos industriales, la eliminación de desechos y el uso de productos a base de cloro, también contribuyen a la presencia de cloro en los océanos. Por ejemplo, la descarga de aguas residuales industriales que contienen compuestos de cloro y el uso de cloro para la desinfección del agua pueden elevar los niveles de cloro en las zonas costeras.
La concentración de cloro en los océanos varía según factores como la ubicación, la profundidad y la proximidad a las fuentes de entrada de cloro. El cloro es un elemento esencial para muchos organismos marinos, participa en diversos procesos fisiológicos y contribuye al funcionamiento general de los ecosistemas marinos.