Carbonatación de bebidas: El dióxido de carbono se utiliza para carbonatar refrescos, cervezas y agua con gas. Crea las burbujas gaseosas y el sabor refrescante que los consumidores disfrutan en estas bebidas.
Extintores: El CO₂ se utiliza habitualmente como agente extintor en extintores de incendios. Funciona desplazando el oxígeno y sofocando el fuego, extinguiéndolo eficazmente sin dejar ningún residuo.
Procesamiento de alimentos: El dióxido de carbono juega un papel esencial en la industria alimentaria. Ayuda a preservar la frescura, la calidad y el color de los alimentos perecederos. Se utiliza para envasado en atmósfera modificada (MAP), almacenamiento en atmósfera controlada (CA) y congelación para extender la vida útil de los productos.
Aplicaciones médicas: El CO₂ se utiliza en diversos procedimientos médicos, incluidas cirugías mínimamente invasivas, tratamientos con láser y baños terapéuticos (baños de ácido carbónico). En los hospitales, se emplea comúnmente como gas portador de gases medicinales y también se puede utilizar como sedante durante procedimientos médicos.
Soldadura y Trabajo de Metales: En la industria metalúrgica, el dióxido de carbono se emplea como gas protector durante las operaciones de soldadura y corte. Protege la zona de soldadura de la contaminación atmosférica y previene la oxidación, produciendo soldaduras limpias y de alta calidad.
Agricultura y Horticultura: El dióxido de carbono es esencial para la fotosíntesis, el proceso mediante el cual las plantas convierten la luz solar en energía. Los invernaderos y las instalaciones agrícolas de interior suelen utilizar CO₂ suplementario para mejorar el crecimiento de las plantas y el rendimiento de los cultivos.
Limpieza Industrial: El dióxido de carbono se utiliza en aplicaciones de limpieza industrial, como la limpieza en seco y la limpieza de componentes electrónicos. Actúa como disolvente que elimina eficazmente la suciedad, grasa e impurezas sin dejar residuos.
Producción química: El dióxido de carbono es una materia prima para la síntesis de diversas sustancias químicas, incluidas la urea, el metanol y los plásticos. Se somete a reacciones químicas para crear estos productos, que tienen una amplia gama de aplicaciones en diferentes industrias.
Tratamiento de Agua: En las plantas de tratamiento de agua, el dióxido de carbono se emplea para reducir los niveles de pH y eliminar impurezas, minerales y metales pesados mediante un proceso llamado carbonatación y precipitación.
Generación de energía: El dióxido de carbono se puede utilizar como fluido de trabajo en ciertos tipos de centrales eléctricas, particularmente aquellas que utilizan ciclos de dióxido de carbono supercrítico (sCO₂). Esta tecnología tiene potencial para la generación eficiente de energía y la captura y almacenamiento de carbono (CAC).
Captura y almacenamiento de carbono (CAC): Recientemente, el dióxido de carbono ha ganado atención como un componente crucial en las tecnologías CAC destinadas a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. La CCS implica capturar las emisiones de CO₂ de las centrales eléctricas y fuentes industriales y almacenarlas bajo tierra para mitigar su impacto en la atmósfera.
Estos son sólo algunos ejemplos de los numerosos usos del dióxido de carbono en diversas industrias y aplicaciones. Su versatilidad lo convierte en un recurso valioso en muchos sectores de la economía global.