El estudio, publicado en la revista Nature Communications, se centró en el escarabajo rinoceronte oriental (Oryctes rhinoceros), una especie que se encuentra en las regiones tropicales y subtropicales de Asia. Durante el apareamiento, los escarabajos machos participan en feroces batallas, usando sus cuernos para luchar contra sus rivales y acceder a las hembras. Para resistir los rigores de estas batallas y proteger sus blandos órganos internos, los exoesqueletos de los escarabajos deben ser extremadamente resistentes.
Los investigadores descubrieron que el proceso de endurecimiento es desencadenado por una hormona llamada ecdisona, que los escarabajos macho liberan durante el apareamiento. La ecdisona activa una cascada de reacciones bioquímicas que conducen a la formación de nuevos enlaces entre las proteínas del exoesqueleto del escarabajo, lo que da como resultado un aumento espectacular de la dureza.
Los investigadores también descubrieron que el proceso de endurecimiento es reversible. Una vez que se completa el apareamiento y los niveles de ecdisona disminuyen, el caparazón del escarabajo se ablanda gradualmente, lo que le permite moverse libremente nuevamente.
Este descubrimiento proporciona información importante sobre los mecanismos mediante los cuales los escarabajos y otros insectos pueden controlar las propiedades de sus exoesqueletos. También podría conducir al desarrollo de nuevos materiales con propiedades similares, que serían útiles en una variedad de aplicaciones, como chalecos antibalas, equipos deportivos y materiales de construcción.