El tipo de corrosión más común que se produce en el agua de mar es la corrosión galvánica. Esto ocurre cuando dos metales diferentes están en contacto entre sí en una solución electrolítica, como el agua de mar. El metal más activo (el ánodo) se corroerá, mientras que el metal menos activo (el cátodo) quedará protegido. En el caso del combustible nuclear, el revestimiento de aleación de uranio es el ánodo, mientras que el espaciador de rejilla de aleación de circonio es el cátodo.
Otro tipo de corrosión que puede ocurrir en el agua de mar es la corrosión por picaduras. Esto ocurre cuando se forman pequeños hoyos en la superficie del metal. Estos hoyos pueden crecer y eventualmente provocar la falla del metal. La corrosión por picaduras suele ser causada por la presencia de iones de cloruro en el agua de mar.
El agrietamiento por corrosión bajo tensión es otro tipo de corrosión que puede ocurrir en el agua de mar. Esto ocurre cuando un metal se somete tanto a tensión como a un ambiente corrosivo. La tensión puede hacer que el metal se agriete y el ambiente corrosivo puede hacer que la grieta crezca. El agrietamiento por corrosión bajo tensión suele ser causado por la presencia de iones cloruro en el agua de mar.
La corrosión del combustible nuclear puede tener varias consecuencias graves. Esto puede provocar la falla del combustible nuclear, lo que luego puede liberar material radiactivo al medio ambiente. Esto puede tener un impacto devastador en la salud humana y el medio ambiente.
Para prevenir la corrosión del combustible nuclear se utilizan diversas técnicas. Entre ellos se incluyen el uso de materiales resistentes a la corrosión, como aleaciones de circonio, y el uso de revestimientos protectores. Además, el uso de medidas de control de la química del agua puede ayudar a reducir la corrosión del combustible nuclear.