1. Contaminación de aguas subterráneas: La extracción de petróleo y gas natural puede liberar sustancias químicas nocivas y contaminantes al medio ambiente, que pueden contaminar las fuentes de agua subterránea. Estos contaminantes pueden incluir compuestos orgánicos volátiles (COV), metales pesados y otras sustancias tóxicas.
2. Migración de gas metano: El gas natural está compuesto principalmente de metano, un gas inflamable que puede migrar a través del suelo y llegar a fuentes de agua potable. La contaminación por metano puede representar un riesgo de incendio y explosión y también puede afectar el sabor y el olor del agua.
3. Fluidos de fracking y aguas residuales: La fracturación hidráulica, o fracking, es un proceso utilizado para extraer petróleo y gas natural de formaciones rocosas subterráneas. Los fluidos de fracking, que contienen diversos químicos y sustancias, pueden filtrarse o derramarse y contaminar las fuentes de agua potable. Las aguas residuales producidas por las operaciones de fracking también pueden contener contaminantes y contaminantes nocivos.
4. Contaminación de aguas superficiales: Las actividades de perforación de petróleo y gas natural también pueden afectar las fuentes de agua superficial, como ríos, lagos y arroyos. La escorrentía de los sitios de perforación, los derrames y las fugas pueden introducir contaminantes en estos cuerpos de agua, afectando la calidad del agua potable aguas abajo.
El alcance de la contaminación del agua potable procedente de pozos de petróleo y gas natural depende de varios factores, incluida la distancia a las fuentes de agua potable, las condiciones geológicas, las prácticas de perforación y la supervisión regulatoria. Es importante evaluar y monitorear la calidad del agua potable en áreas cercanas a operaciones de perforación de petróleo y gas para garantizar la seguridad y la salud de los residentes.