El selenio es un mineral esencial que se encuentra en una variedad de alimentos, incluidos nueces, semillas y mariscos. Se incorpora a las proteínas mediante la enzima selenocisteína sintasa, que convierte un aminoácido de cisteína en selenocisteína.
La selenocisteína es un aminoácido único que contiene selenio en lugar de azufre. Se encuentra en una variedad de proteínas, incluida la glutatión peroxidasa, que ayuda a proteger las células del daño de los radicales libres, y la tioredoxina reductasa, que participa en la regulación del crecimiento y la diferenciación celular.
Los investigadores descubrieron que la selenocisteína sintasa se activa mediante una pequeña molécula llamada selenofosfato. El selenofosfato se une a la enzima y hace que cambie de forma, lo que le permite unirse a la cisteína y convertirla en selenocisteína.
Este descubrimiento podría conducir a nuevos tratamientos para enfermedades como el cáncer y el VIH/SIDA. Se ha demostrado que el selenio tiene propiedades anticancerígenas y anti-VIH/SIDA, y la capacidad de controlar la incorporación de selenio a las proteínas podría permitir a los científicos desarrollar nuevos fármacos que sean más eficaces y menos tóxicos.
El estudio fue publicado en la revista Nature.