1. Auditorías remotas y colaboración virtual:
Para garantizar la salud y la seguridad tanto de los auditores como de los clientes, muchas auditorías se realizan de forma remota. Los auditores aprovechan tecnologías como videoconferencias, intercambio seguro de documentos y plataformas de reuniones virtuales para realizar sus tareas. Este cambio ha requerido adaptación en la comunicación, la coordinación y el acceso a los datos durante todo el proceso de auditoría.
2. Mayor dependencia del análisis de datos:
Con limitaciones en la verificación in situ, los auditores han mejorado el uso del análisis de datos para evaluar los estados financieros, identificar riesgos y obtener información sobre las operaciones de los clientes. Las herramientas de análisis de datos permiten un análisis eficiente de grandes conjuntos de datos, lo que ayuda a los auditores a detectar irregularidades y emitir juicios informados de forma remota.
3. Mayor enfoque en la evaluación de riesgos:
El impacto de la pandemia en las industrias, las cadenas de suministro y el desempeño financiero ha llevado a un mayor énfasis en la evaluación de riesgos. Los auditores prestan más atención a los riesgos emergentes, incluidos los problemas de liquidez, las amenazas a la ciberseguridad y la confiabilidad de las estimaciones financieras a la luz de las incertidumbres de la pandemia.
4. Comunicación con la Gerencia y las Partes Interesadas:
La comunicación regular y eficaz con la dirección, los comités de auditoría y otras partes interesadas es crucial ante circunstancias cambiantes. Los auditores participan en reuniones virtuales, conversaciones telefónicas y correspondencia por correo electrónico para garantizar un flujo continuo de información y resolver cualquier problema que surja.
5. Control y Supervisión de Calidad:
Las empresas de auditoría han modificado sus procedimientos de control de calidad y mecanismos de supervisión para adaptarse a las modalidades de trabajo remoto. Esto puede implicar un mayor seguimiento del trabajo de los auditores, un mejor uso de la tecnología para las revisiones de documentos y reuniones virtuales con los equipos de participación para discutir los hallazgos y abordar los desafíos.
6. Ciberseguridad y Privacidad de Datos:
La transición a auditorías remotas aumenta el riesgo de ciberamenazas. Los auditores enfatizan las medidas de ciberseguridad, implementan controles de acceso más estrictos y brindan capacitación tanto a los auditores como a los clientes sobre las mejores prácticas para proteger la información confidencial.
7. Flexibilidad y Adaptabilidad:
La pandemia ha exigido que los auditores sean flexibles y adaptables en su enfoque de los compromisos. Ajustan continuamente sus estrategias en función de las circunstancias cambiantes, los avances tecnológicos y las necesidades de los clientes y partes interesadas.
En general, si bien la COVID-19 ha provocado cambios significativos en la forma de trabajar de los auditores, la profesión ha adoptado la tecnología, ha mejorado la evaluación de riesgos y ha mantenido el compromiso de brindar garantía de calidad en un entorno desafiante.