Sin embargo, estudios y análisis posteriores de los datos recopilados por JWST sugieren una explicación diferente para la atmósfera de K2-18b. Los altos niveles de vapor de agua detectados en la atmósfera del exoplaneta son difíciles de explicar si K2-18b es un planeta rocoso con una superficie predominantemente sólida. En cambio, los científicos ahora creen que K2-18b puede ser un mini-Neptuno rico en gas, similar a los planetas gigantes de hielo de nuestro sistema solar.
Según esta hipótesis, es probable que K2-18b tenga una atmósfera profunda compuesta principalmente de hidrógeno y helio, con una posible capa rica en agua debajo. La presencia de vapor de agua en la atmósfera podría atribuirse a procesos geológicos activos, como la actividad volcánica o la liberación de vapor de agua desde el interior del planeta.
El escenario del mini-Neptuno rico en gas tiene varias implicaciones para la habitabilidad de K2-18b. A diferencia de los planetas rocosos, los gigantes gaseosos y los miniNeptunos normalmente carecen de superficies sólidas y no se consideran entornos adecuados para la vida tal como la conocemos. Las altas presiones y temperaturas atmosféricas, combinadas con los patrones climáticos dinámicos y la posible falta de una superficie estable, hacen poco probable que K2-18b pueda albergar agua líquida en su superficie o albergar condiciones habitables para la vida.
Sin embargo, el descubrimiento de vapor de agua en la atmósfera de K2-18b sigue siendo un hallazgo importante. Demuestra las capacidades del JWST para caracterizar atmósferas de exoplanetas con un detalle sin precedentes y abre nuevas vías para explorar la diversidad y complejidad de los sistemas planetarios más allá del nuestro. Las futuras observaciones y estudios de K2-18b y otros exoplanetas seguirán arrojando luz sobre sus propiedades y su potencial de habitabilidad.