La afirmación de que las hijas provocan el divorcio es un estereotipo dañino e inexacto. No hay evidencia científica que respalde esta afirmación. De hecho, los estudios han demostrado que el género de los niños no tiene un impacto significativo en el riesgo de divorcio. Hay muchos factores que pueden contribuir al divorcio, como problemas económicos, infidelidad y problemas de comunicación. El género de los niños no es uno de estos factores.