La parte principal de una granada es el cuerpo, que está hecho de metal o plástico. El cuerpo contiene la carga explosiva, que suele ser TNT u otro explosivo potente. La carga explosiva está rodeada por un detonador, que es un pequeño explosivo que hace que la carga principal detone.
Las granadas también tienen una mecha, que es un trozo de material de combustión lenta que enciende el detonador. La mecha se enciende cuando se lanza la granada y arde durante un período de tiempo determinado antes de detonar la granada.
Algunas granadas también tienen una palanca de seguridad, que evita que la granada detone si se cae accidentalmente. La palanca de seguridad generalmente está ubicada en el costado de la granada y debe soltarse antes de poder lanzar la granada.
Cuando se lanza una granada, la mecha se enciende y la granada viaja por el aire. La mecha se quema durante un período de tiempo determinado y luego detona la granada. La explosión de la granada crea una onda expansiva y metralla, que pueden provocar lesiones graves o la muerte.
Las granadas son utilizadas por militares y organismos encargados de hacer cumplir la ley en todo el mundo. Son un arma poderosa y versátil, pero también pueden resultar peligrosas si no se utilizan correctamente.