La sangre es un material extraordinario:debe permanecer líquida dentro de los vasos sanguíneos y, al mismo tiempo, coagularse lo más rápido posible fuera de ellos para detener el sangrado. La cascada química que hace esto posible se conoce bien en el caso de la sangre de los vertebrados. Pero la hemolinfa, el equivalente a la sangre de los insectos, tiene una composición muy diferente:carece notablemente de glóbulos rojos, hemoglobina y plaquetas, y tiene células parecidas a las amebas llamadas hemocitos en lugar de glóbulos blancos para la defensa inmunológica.
Al igual que la sangre, la hemolinfa se coagula rápidamente fuera del cuerpo. Cómo lo hace ha sido durante mucho tiempo un enigma. Ahora, los científicos de materiales han demostrado en Fronteras en la materia blanda cómo las orugas de la polilla esfinge de Carolina logran esta hazaña. Este descubrimiento tiene aplicaciones potenciales para la medicina humana, dijeron los autores.
"Aquí mostramos que estas orugas, llamadas gusanos del tabaco, pueden sellar las heridas en un minuto. Lo hacen en dos pasos:primero, en unos segundos, su delgada hemolinfa, parecida al agua, se vuelve 'viscoelástica' o viscosa, y la La hemolinfa que gotea se retrae hacia la herida", afirmó el autor principal, el Dr. Konstantin Kornev, profesor del Departamento de Ciencia e Ingeniería de Materiales de la Universidad de Clemson.
"A continuación, los hemocitos se agregan, comenzando desde la superficie de la herida y subiendo para abrazar la película de recubrimiento de hemolinfa que eventualmente se convierte en una costra que sella la herida".
Los gusanos cuernos del tabaco completamente desarrollados, listos para convertirse en pupas, miden entre 7,5 cm y 10 cm de largo. Solo contienen una cantidad mínima de hemolinfa, que normalmente se coagula en segundos, lo que dificulta su estudio con métodos convencionales.
Por estos motivos, Kornev y sus colegas tuvieron que desarrollar nuevas técnicas para el presente estudio y trabajar con rapidez. Aun así, la tasa de fracaso de las manipulaciones más complicadas fue enorme (hasta el 95%), requiriendo muchos intentos.
Restringieron gusanos cuernos individuales en una funda de plástico y le hicieron una ligera herida en una de las pseudopatas de cada oruga a través de una ventana en la funda. Luego tocaron la hemolinfa que goteaba con una bola de metal, que fue retirada, creando un "puente" de hemolinfa (de unos dos milímetros de largo y cientos de micrómetros de ancho) que posteriormente se estrechó y se rompió, produciendo gotas satélite. Kornev y su equipo filmaron estos eventos con una cámara de alta frecuencia de cuadros y una lente macro para estudiarlos en detalle.
Más información: Para sellar una herida, las orugas transforman la sangre de un fluido viscoso a viscoelástico en unos segundos, Fronteras en la Materia Blanda (2024). DOI:10.3389/frsfm.2024.1341129. www.frontiersin.org/articles/1…fm.2024.1341129/full
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