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    Pigmentos cultivados en laboratorio y subproductos alimentarios:el futuro de los tintes textiles naturales

    Algas teñidas con biomateriales. Crédito:Departamento de Algas

    A medida que el impacto ambiental de las industrias textil y de la moda se vuelve más claro, crece la demanda y la necesidad de alternativas sostenibles. Un grupo de investigación internacional tiene como objetivo reemplazar los tintes sintéticos tóxicos con alternativas naturales, que van desde plantas hasta microbios y desperdicios de alimentos.

    Entra en cualquier tienda de ropa y encontrarás un arcoíris de camisas fluorescentes, suéteres en colores pastel y jeans azules que cambian de estilo cada temporada. Los colores de cada prenda son prístinos, llamativos e idénticos, pero hay consecuencias escondidas en esos percheros de ropa colorida.

    Nuestro planeta y los trabajadores de las fábricas que producen nuestra ropa están pagando un alto precio:los productos químicos tóxicos utilizados en el proceso de teñido sintético contaminan las vías fluviales y el suelo.

    Introducidos en la década de 1860, los tintes y pigmentos sintéticos se han vuelto comunes en la industria textil. Estos tintes son parte de la razón por la cual la ropa de todos los colores imaginables está tan fácilmente disponible:ofrecen alternativas rápidas y fáciles a las fuentes naturales de color que solían ser la única opción.

    Si bien este proceso sintético se ha normalizado, el uso de pigmentos naturales para teñir textiles ha sido parte de la historia humana durante miles de años.

    BioColour sugiere que es hora de revisar y reimaginar esta larga historia.

    Kirsi Niinimäki, profesora asociada de diseño en la Universidad de Aalto y miembro del grupo de investigación BioColour, explica:"Estamos mirando hacia atrás en la historia para ver cómo podemos llevar la información que teníamos antes de que existieran los productos químicos sintéticos al día actual, pero también cómo podemos aplicarlo de una manera más moderna trabajando con la industria [textil]".

    BioColour es un consorcio de investigación internacional de diseñadores, científicos de materiales, biólogos, matemáticos e ingenieros. Estos investigadores de universidades e institutos de investigación finlandeses, estadounidenses y brasileños trabajan juntos para encontrar alternativas naturales no tóxicas y biodegradables a los tintes y pigmentos sintéticos.

    Tintes naturales a escala industrial

    La investigación de BioColour no se trata solo de identificar y probar fuentes de color natural, también se trata de trabajar con la industria textil y los consumidores para lograr un cambio generalizado en la nueva normalidad de los colores sintéticos.

    Un ejemplo de ello proviene de la casa de diseño finlandesa Marimekko. Usando hierba de tinte, una planta originaria de Finlandia, el proyecto probó esta alternativa al índigo sintético, un tinte que se crea usando químicos tóxicos como el formaldehído.

    Esta colaboración reveló una ventaja adicional de los tintes naturales:como casa de diseño finlandesa, mediante el uso de una planta cultivada en Finlandia, Marimekko podía contar una historia local con hierba tintorera que no era posible con el índigo sintético.

    Tales colaboraciones son una oportunidad para desafiar y aprender unos de otros, dice Niinimäki. Mientras que BioColour desafía a los socios de la industria a trabajar con diferentes métodos y recetas que se basan en prácticas históricas, los socios de la industria ponen a prueba las recetas de tintes fuera de las condiciones precisas de laboratorio.

    "En un laboratorio, es posible [ajustar] los procesos, pero cuando vamos a la industria, no es posible modificar con precisión las recetas", dice Niinimäki, "tenemos que aceptar los procesos industriales y lo que sale de ellos".

    La industria textil no es la única fuente de colaboración:las industrias alimentaria y agrícola crean cantidades masivas de biorresiduos que significan un potencial sin explotar de los tintes naturales. Los subproductos como la piel de cebolla y la corteza de sauce de estas industrias se pueden usar para teñir ropa, creando nuevos flujos secundarios y reduciendo los desechos.

    Aunque los detalles aún son secretos, Niinimäki también describió una colaboración en curso con una empresa de alimentos que tiene como objetivo investigar cuánto pigmento se puede extraer del material de desecho de alimentos. También probarán la durabilidad de dichos colores.

    Fabrics dyed with dyer's woad as part of Professor Niinimäki's research. Credit:Valeria Azovskaya

    Changing attitudes towards color

    Ensuring consumers are willing to purchase naturally dyed textiles is vital in the quest to replace synthetic dyes. Yet, consumers still find this concept to be a strange one, according to Niinimäki.

    Synthetic dyes are appealing because they provide long-lasting and identical colors between each garment. As Niinimäki points out, however, that 'sameness' is one of fast fashion's problems.

    "Blue is a trendy color, but why does everything have to be the same blue? Even in mass production, why can't we accept that there might be different kinds of blue? Why does everything have to be the same?"

    Natural dyes, which are not as stable, may look different from garment to garment and even fade over time.

    These fading colors don't need to be seen as a negative, however.

    Niinimäki believes fading colors open the door to an attractive new type of design:garments could be designed to reveal new patterns as certain colors fade over time.

    While BioColour's consumer studies aim to identify and change current attitudes to colors and textiles, other researchers in the group are investigating the durability and longevity of natural dyes. Fading colors may offer interesting design potential, but they aren't the only option.

    Drawing on history to invent the future

    Natural sources of color aren't limited to plants and mushrooms—the world of microbes offers huge potential for the future of dyes and pigments.

    Bacteria can be a source of non-toxic biodegradable pigment and a method of helping dyes to stick to textile fibers. Using bacteria in the natural dyeing process harkens back to the slower pace of fashion, as it can take weeks of growing and feeding the bacteria.

    This use of bacteria in the dyeing process has inspired BioColour collaborators from the VTT Technical Research Center to investigate lab-grown colorants. Their research explores how the DNA of microbes can be modified to produce a variety of different pigments that could be scaled to wider textile production.

    Lab-grown colorants are a particularly promising future because, as Niinimäki explains, there is limited land to cultivate plants for dyes. Climate change is and will continue to change our environment and cause food and water insecurity. This means resources will need to be diverted to food cultivation.

    These pigment-producing microbes expand the possibilities of non-toxic, biodegradable dyes while saving land and resources in the process.

    While it may be drawn from history, the research behind natural dyes is anything but old news. + Explora más

    New method can remove dyes from wastewater




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