Los extractos de esponjas marinas antárticas proporcionan pistas para nuevos tratamientos contra la malaria. Crédito:Bill Baker
Las gélidas aguas de la Antártida pueden brindar un tratamiento para una enfermedad mortal que afecta a las poblaciones de algunos de los lugares más cálidos del planeta. Los medicamentos actuales para ese flagelo, la malaria, se están volviendo menos efectivos a medida que se propaga la resistencia a los medicamentos. Pero los investigadores informan en ACS ' Revista de productos naturales que un péptido que aislaron de una esponja antártica se muestra prometedor como guía para nuevas terapias.
En 2017 se notificaron unos 219 millones de casos de malaria en todo el mundo, según la Organización Mundial de la Salud, con 435, 000 personas que murieron a causa de la enfermedad en ese año. Los síntomas comienzan con fiebre y escalofríos, que puede ir seguida de anemia grave, dificultad respiratoria e insuficiencia orgánica. El parásito responsable de la malaria se transmite a las personas a través de las picaduras de mosquitos. Pasa parte de su ciclo de vida primero en el hígado, donde se reproduce, y luego pasa a la sangre.
Los tratamientos convencionales a base de artemisinina y sus derivados mantienen al parásito bajo control cuando está en la sangre de los pacientes. pero los parásitos se están volviendo cada vez más resistentes a estos medicamentos. Una solución es atacar al organismo en una etapa anterior de su ciclo de vida, cuando hay menos parásitos, y la resistencia podría no haberse desarrollado todavía, es decir, cuando está en el hígado. En su búsqueda de un arma farmacéutica adecuada, Bill J. Baker y sus colegas se volvieron esponjas, que se basan en una serie de defensas químicas para luchar contra los depredadores.
El equipo examinó una colección de productos naturales extraídos de una esponja del Océano Austral conocida como Inflatella coelosphaeroides . Un compuesto a la que llamaron friomaramida, Infección bloqueada y desarrollo del parásito de la malaria. Plasmodium falciparum en las células del hígado en una placa de cultivo tan eficazmente como la primaquina, uno de los pocos tratamientos existentes en la etapa del hígado. La friomaramida tampoco es tóxica para las propias células del hígado. Los investigadores determinaron que el compuesto es un péptido lineal con una estructura distintiva, lo que, según ellos, lo convierte en un marco prometedor para producir nuevas pistas para el tratamiento de la malaria.