Los cohetes son motores que producen su propia propulsión utilizando propulsores autocontenidos, a diferencia de los motores de automóviles o aviones, que introducen aire exterior en el motor para producir empuje. La mayoría de los cohetes terrestres, como los fuegos artificiales, son de una sola etapa y usan una reacción química que es suficiente para que el cohete recorra la distancia deseada. Sin embargo, para los cohetes más grandes que están destinados a viajar al espacio, un cohete de una sola etapa es insuficiente, y se requiere un cohete de varias etapas, propulsado por motores con propelentes, oxígeno y una cámara de combustión. La etapa primaria de un cohete es el primer motor de cohete que se activa, proporcionando el impulso inicial para enviar el cohete hacia el cielo. Por lo general, la primera etapa es más grande que la etapa siguiente, o etapas, porque debe transportar no solo su propio peso, sino también el peso del resto del cohete. Este motor continuará funcionando hasta que se haya agotado el combustible, momento en el que se separa del cohete y cae al suelo. Etapa secundaria Después de que la etapa primaria se ha caído, la siguiente el motor de cohete se engancha para continuar el cohete en su trayectoria. La segunda etapa tiene mucho menos trabajo que hacer, ya que el cohete ya está viajando a alta velocidad y el peso del cohete ha disminuido significativamente debido a la separación de la primera etapa. Si el cohete tiene etapas adicionales, el proceso se repetirá hasta que el cohete esté en el espacio. Carga útil Una vez que la carga útil, ya sea un satélite o una nave espacial, esté en órbita, el cohete la etapa final cae, y la nave será maniobrada usando cohetes más pequeños cuyo propósito es guiar la nave espacial. A diferencia de los principales motores de cohetes, estos cohetes de maniobra se pueden usar varias veces.