El fluido de corrección se fabrica con una variedad de sustancias químicas para crear un fluido que se propaga a través de los errores normales de tipeo o escritura. El primer químico es el dióxido de titanio, que tiene un índice de color de pigmento blanco, el color estándar para el líquido corrector. Luego están el solvente nafta, petróleo y alifático ligero, que se mezclan con el químico inicial. Las resinas, los alcoholes minerales, los colorantes, las fragancias y los dispersantes también se combinan con el resto de los químicos para crear la sustancia opaca y blanca.
El tricloroetano, un agente adelgazante, ya no se usa debido a su toxicidad según la Proposición 65 .
Historia
Betty Nesmith Graham inventó el líquido de corrección en 1951 como un tipo de pintura para cubrir errores. Ella vendió su producto a Gillette Corporation en 1979, y se convirtió en Liquid Paper. Durante la década de 1980, Liquid Paper fue objeto de escrutinio por abuso debido a la inhalación recreativa del producto, así como el uso de diluyentes como el tricloroetano. Muchos consideraron este particular diluyente como carcinógeno ya que numerosos estudios lo relacionaron con las muertes. Años después de la controversia, los fabricantes de Liquid Paper, así como los de otros fluidos de corrección, eliminaron el químico y cambiaron la fórmula. A día de hoy, no quedan solventes tóxicos en la producción de fluidos de corrección.
Disolventes y Abusos
Los solventes orgánicos en el líquido de corrección se solidifican con el tiempo con la exposición al aire. Los diluyentes como el tolueno o el tricloroetano ayudan a devolver el líquido de corrección a su forma líquida. Dado que se sabe que estos tipos de diluyentes son carcinogénicos y perjudiciales para la capa de ozono, el bromopropano ahora reemplaza estos compuestos. Las marcas solubles en agua son más seguras, pero demoran más en secarse y absorber ciertos tipos de tintas. El abuso del producto debido a la inhalación requiere que los fabricantes de fluidos de corrección usen un olor desagradable para disuadir a los consumidores.