1. Desglosando la materia orgánica: Los descomponedores, principalmente bacterias y hongos, descomponen plantas y animales muertos, así como productos de desecho como las heces. Este proceso se llama descomposición .
2. Reciclaje de nutrientes: La descomposición libera nutrientes como nitrógeno, fósforo y carbono nuevamente en el suelo, el aire y el agua. Estos nutrientes están disponibles para que las plantas los usen, comenzando la cadena alimentaria de nuevo. Sin descomponedores, los nutrientes se encerrarían en organismos muertos, haciéndolos no disponibles para otros seres vivos.
3. Salud del suelo: Los descomponedores contribuyen significativamente a la salud del suelo. Mejoran la estructura del suelo, la aireación y la retención de agua, lo que lo hace más hospitalario para el crecimiento de las plantas.
4. Extracción de residuos: Los descomponedores desglosan los productos de desecho, evitan la acumulación de sustancias dañinas y reducen el riesgo de brotes de enfermedades.
5. Flujo de energía: Si bien los descomponedores no producen energía directamente, juegan un papel vital en el flujo de energía a través de los ecosistemas. Al romper la materia orgánica, liberan energía utilizada por otros organismos.
6. Ciclo de carbono: Los descomponedores juegan un papel fundamental en el ciclo del carbono. Desglosan la materia orgánica, liberando dióxido de carbono nuevamente a la atmósfera, que luego es utilizado por las plantas para la fotosíntesis.
En resumen, los descomponedores son esenciales para mantener la salud y el equilibrio de los ecosistemas. Reciclan nutrientes, mejoran la calidad del suelo, eliminan los desechos y contribuyen al flujo de energía a través del medio ambiente.