A fines del siglo XVII, utilizando sus propios microscopios altamente magníficos, Leeuwenhoek observó organismos pequeños y en movimiento en agua, que llamó "animales". Describió que estos organismos tenían varias formas, incluidas esferas (cocos), varillas (bacilos) y espirales (espirilla) .
Si bien no entendió completamente la importancia de sus descubrimientos, las observaciones de Leeuwenhoek sentaron las bases para el estudio de la microbiología.