1. Altura: Si bien la genética juega un papel importante en la determinación de la altura potencial de una persona, los factores ambientales como la nutrición, la exposición a la luz solar y la salud en general también pueden afectar significativamente cuán alto crece una persona.
2. Inteligencia: La genética contribuye a nuestras habilidades cognitivas, pero el medio ambiente juega un papel crucial en la configuración de la inteligencia. Las experiencias de la primera infancia, el acceso a la educación de calidad y las interacciones sociales influyen en el desarrollo cognitivo.
3. Personalidad: Si bien los genes proporcionan una base para ciertos rasgos de personalidad, nuestra educación, interacciones sociales y experiencias de vida moldean nuestras personalidades.
4. Susceptibilidad a la enfermedad: La predisposición genética puede hacer que las personas sean más vulnerables a ciertas enfermedades, pero los factores ambientales como el estilo de vida, la dieta y la exposición a las toxinas también pueden desempeñar un papel importante en la determinación de quién desarrolla una enfermedad y cuán grave puede ser.