Los aneurismas suelen ser causados por un debilitamiento de la pared del vaso sanguíneo. Este debilitamiento puede deberse a varias cosas, entre ellas:
* Aterosclerosis: Esta es una afección en la que la placa se acumula dentro de las arterias, lo que hace que se estrechen y endurezcan.
* Presión arterial alta: Esto puede ejercer una presión adicional sobre las paredes de los vasos sanguíneos y hacer que se debiliten.
* Fumar: Esto puede dañar los vasos sanguíneos y hacerlos más propensos a desarrollar aneurismas.
* Historia familiar de aneurismas: Esto sugiere que puede haber un vínculo genético con los aneurismas.
Algunos aneurismas son pequeños y no causan ningún síntoma. Otros pueden crecer y causar una serie de síntomas, según su ubicación. Por ejemplo, un aneurisma en la aorta puede provocar dolor en el pecho, dificultad para respirar y tos. Los aneurismas en el cerebro pueden causar dolores de cabeza, convulsiones y problemas de visión.
Los aneurismas pueden ser peligrosos y provocar complicaciones graves, como derrames cerebrales, ataques cardíacos y la muerte. El tratamiento de los aneurismas depende del tamaño y la ubicación del aneurisma y puede incluir medicación, cirugía o terapia endovascular (un procedimiento mínimamente invasivo que implica insertar un stent en el aneurisma para reforzar la pared).