El núcleo de un átomo no es necesariamente un círculo. De hecho, puede adoptar varias formas, incluidos esferoides esféricos, alargados u achatados. Si bien una representación simplificada del núcleo podría mostrarlo como un círculo o un objeto redondo, es más exacto pensar en él como una estructura compleja con una determinada distribución espacial de protones y neutrones. La forma del núcleo está influenciada por varios factores, como el número de nucleones (protones y neutrones), las interacciones entre ellos y el estado cuántico general del núcleo.