Hay muchos tipos diferentes de vías de señalización celular, pero todas comparten algunas características comunes. Primero, debe haber una seña que se envía de una celda a otra. Esta señal puede ser una molécula química, como una hormona o un neurotransmisor, o puede ser una señal física, como la luz o el tacto.
En segundo lugar, debe haber un receptor en la célula receptora que puede unirse a la señal. Este receptor suele ser una proteína que se encuentra en la superficie de la célula o en el interior de la célula.
En tercer lugar, debe haber un mecanismo de transducción que convierte la señal en una respuesta dentro de la célula. Este mecanismo de transducción puede involucrar una variedad de proteínas y moléculas diferentes.
Finalmente debe haber una respuesta a la señal. Esta respuesta puede ser cualquier cosa, desde un cambio en la expresión genética hasta un cambio en el comportamiento celular.
La señalización celular es esencial para el correcto funcionamiento de los organismos multicelulares. Permite que las células se comuniquen entre sí y coordinen sus actividades. Sin señalización celular, los organismos no podrían sobrevivir.