La cisgénesis ofrece varias ventajas potenciales sobre la transgénesis tradicional. Por ejemplo, puede reducir el riesgo de cambios genéticos no deseados, ya que es más probable que el gen insertado sea compatible con el genoma del organismo receptor. Además, la cisgénesis puede permitir un control más preciso sobre la expresión del gen insertado, ya que los elementos reguladores que controlan la expresión del gen pueden identificarse y manipularse más fácilmente.
La cisgénesis se ha utilizado para crear una variedad de cultivos transgénicos con características mejoradas, como resistencia a plagas y enfermedades, mayor valor nutricional y mayor tolerancia al estrés ambiental. Por ejemplo, los tomates cisgénicos han sido diseñados para producir altos niveles de licopeno, un carotenoide con propiedades antioxidantes que se ha relacionado con un riesgo reducido de ciertos tipos de cáncer. El arroz cisgénico también se ha desarrollado con mayor resistencia al hongo del añublo, una importante enfermedad del arroz que causa importantes pérdidas de cultivos en todo el mundo.
Si bien la cisgénesis ofrece varias ventajas potenciales sobre la transgénesis tradicional, sigue siendo una técnica relativamente nueva y todavía existen algunas preocupaciones que deben abordarse. Por ejemplo, es importante garantizar que los genes insertados no se transfieran accidentalmente a otros organismos del medio ambiente y que los organismos modificados no tengan ningún efecto negativo no deseado en la salud humana o el medio ambiente.
En general, la cisgénesis es una técnica prometedora que tiene el potencial de mejorar el rendimiento de los cultivos y el valor nutricional, y reducir el impacto ambiental de la agricultura. Sin embargo, se necesita más investigación para abordar cualquier posible preocupación y garantizar el uso seguro y responsable de esta tecnología.