1. Tiempo de generación corto: Las moscas de la fruta tienen un tiempo generacional corto, aproximadamente dos semanas, lo que permite una observación y análisis rápidos de múltiples generaciones. Esto permite a los investigadores estudiar la herencia y la transmisión de rasgos genéticos de manera más eficiente.
2. Gran número de crías: Las moscas de la fruta producen una gran cantidad de crías (de cientos a miles) por pareja que se aparea. Esto proporciona suficientes individuos para el análisis genético y aumenta la probabilidad de obtener mutaciones y variaciones necesarias para estudiar la herencia genética.
3. Rasgos fácilmente observables: Las moscas de la fruta tienen varias características físicas distintas y fácilmente observables, como el color de los ojos, la forma de las alas y el color del cuerpo, que pueden usarse como marcadores para estudios genéticos. Estos rasgos visibles facilitaron el seguimiento de los patrones de herencia de genes específicos.
La elección de Morgan de _Drosophila melanogaster_ como organismo modelo revolucionó el campo de la genética. Las características únicas de la mosca de la fruta le permitieron realizar extensos experimentos genéticos, contribuyendo significativamente a nuestra comprensión de los cromosomas, los genes y los principios de la herencia.