Si bien existe un campo llamado "informática microbiana" que se ocupa de la aplicación de métodos computacionales para estudiar sistemas microbianos, la microbiología en sí no juega un papel directo en las computadoras. Los microorganismos, como bacterias u hongos, no interactúan ni afectan el funcionamiento de las computadoras. Las computadoras operan basándose en principios electrónicos y algoritmos computacionales, no en procesos biológicos.