La fijación de nitrógeno es el proceso de convertir el nitrógeno atmosférico en amoníaco. Este proceso lo llevan a cabo determinadas bacterias y arqueas, incluidas las que viven en las células de la espirulina. Los seres humanos no tenemos la capacidad de fijar nitrógeno, por lo que debemos obtenerlo de nuestros alimentos o de suplementos.