1.Deriva antigénica:
La deriva antigénica se refiere a la acumulación gradual de mutaciones en las proteínas virales hemaglutinina (HA) y neuraminidasa (NA), que son los objetivos principales de los anticuerpos neutralizantes. Estas mutaciones provocan ligeros cambios en la estructura de estas proteínas, lo que permite al virus evadir la inmunidad preexistente. Como resultado, los anticuerpos generados contra cepas anteriores pueden volverse menos eficaces para reconocer y neutralizar variantes más nuevas del virus.
2.Cambio antigénico:
El cambio antigénico es un cambio más abrupto y significativo en las proteínas virales HA o NA, que conduce a un nuevo subtipo del virus de la influenza. Estos cambios ocurren cuando diferentes virus de la influenza, como los de humanos y animales, intercambian material genético, lo que da como resultado un nuevo virus con diferentes proteínas de superficie. Los cambios antigénicos pueden provocar brotes de gripe pandémica cuando una gran parte de la población carece de inmunidad al nuevo subtipo viral.
3.Hemaglutinina viral:
La proteína viral hemaglutinina (HA) desempeña un papel fundamental en la entrada viral a las células huésped al unirse a los receptores de ácido siálico en la superficie celular. Sin embargo, la proteína HA también es un objetivo para los anticuerpos neutralizantes. Para evadir la detección inmune, el virus de la influenza puede alterar el patrón de glicosilación de la proteína HA, haciéndola menos reconocible para los anticuerpos.
4.Actividad de la neuraminidasa:
La proteína neuraminidasa (NA) del virus de la influenza facilita la liberación de viriones recién formados a partir de células infectadas al escindir los ácidos siálicos de la superficie celular. Las mutaciones en la proteína NA pueden alterar su actividad enzimática y especificidad de sustrato, permitiendo que el virus escape de los efectos inhibidores de los anticuerpos o el moco y mejore su infectividad.
5.Modulación de la respuesta inmune del huésped:
El virus de la influenza también puede interferir con la respuesta inmune del huésped al modular la expresión de varios genes relacionados con el sistema inmunológico. Por ejemplo, ciertas proteínas virales pueden suprimir la producción de interferones y otras citoquinas antivirales, debilitando las defensas inmunes innatas del huésped. Además, el virus de la influenza puede afectar la función de las células presentadoras de antígenos y las células T, perjudicando aún más la respuesta inmune adaptativa.
En general, el virus de la influenza emplea una variedad de estrategias para evadir la respuesta inmune del cuerpo, facilitando su supervivencia y transmisión dentro de la población. Estos mecanismos de evasión inmune contribuyen a la capacidad del virus de causar epidemias estacionales y pandemias esporádicas, lo que requiere actualizaciones periódicas de las vacunas contra la influenza para combatir las cepas virales en evolución.