El avance, publicado en la revista Nature, revela que una pequeña molécula llamada florigen es responsable de desencadenar el proceso de floración.
Florigen se produce en las hojas de las plantas en respuesta a los cambios en la duración del día y la temperatura. Cuando los días se alargan y las noches se vuelven más cálidas, los niveles de florígeno aumentan y la planta comienza a florecer.
Este descubrimiento podría tener un gran impacto en la agricultura, ya que podría permitir a los agricultores controlar el momento de floración de los cultivos. Esto les permitiría producir cultivos en épocas específicas del año o evitar daños por heladas retrasando la floración hasta que el clima sea más cálido.
También podría conducir a nuevas formas de cultivar plantas que sean más resistentes a plagas y enfermedades. Al comprender los mecanismos genéticos que controlan la floración, los científicos podrían desarrollar plantas que tengan menos probabilidades de verse afectadas por estos problemas.
"Este es un descubrimiento realmente emocionante", afirmó el profesor George Coupland, uno de los investigadores principales del estudio. "Abre nuevas posibilidades para controlar el crecimiento y desarrollo de las plantas y podría tener un impacto importante en la agricultura".
El descubrimiento fue realizado por un equipo de científicos de la Universidad de Cambridge y el Centro John Innes. Utilizaron una combinación de técnicas genéticas y bioquímicas para identificar florigen y determinar su papel en la floración.
"Estamos encantados de haber hecho este descubrimiento", afirmó la profesora Dame Ottoline Leyser, otra investigadora principal del estudio. "Es un testimonio del poder de la investigación básica y estamos entusiasmados de ver cómo se puede utilizar para mejorar la producción de cultivos".