Los agregados de proteínas, también conocidos como grupos de proteínas, son grupos anormales de proteínas mal plegadas que se acumulan dentro de las células. Estos agregados pueden interferir con varios procesos celulares, incluida la función crucial de eliminar los desechos celulares.
El estudio, realizado por investigadores de la Universidad de California en San Francisco (UCSF), se centró en un agregado proteico específico llamado cuerpos p62. Los cuerpos de P62 se encuentran en las células de todo el cuerpo, pero son particularmente abundantes en las células nerviosas (neuronas).
Utilizando técnicas de imagen avanzadas, los investigadores observaron que los cuerpos de p62 se acumulan alrededor de estructuras llamadas lisosomas, que son responsables de descomponer y reciclar los desechos celulares. Normalmente, los lisosomas engullen y digieren los cuerpos de p62, pero cuando los agregados se vuelven demasiado numerosos, pueden abrumar la capacidad de los lisosomas, provocando un atasco de desechos celulares.
Los investigadores descubrieron que la acumulación de cuerpos de p62 afecta la capacidad de los lisosomas para fusionarse con otras vesículas dentro de la célula, impidiéndoles entregar eficientemente su carga para su degradación. Esta alteración en el sistema de eliminación de desechos provoca una acumulación de sustancias tóxicas dentro de la célula, lo que contribuye a la disfunción celular y potencialmente a la neurodegeneración.
Curiosamente, los investigadores también descubrieron que los cuerpos de p62 pueden atrapar otras proteínas involucradas en la eliminación de desechos celulares, como la ubiquitina y los receptores de autofagia, lo que dificulta aún más la capacidad de la célula para eliminar los desechos. Esta cascada de acontecimientos exacerba el bloqueo en la eliminación de desechos celulares, perpetuando un círculo vicioso de daño celular.
El estudio proporciona nuevos conocimientos sobre los mecanismos por los cuales los agregados de proteínas alteran la eliminación de desechos celulares, contribuyendo potencialmente al desarrollo de enfermedades neurodegenerativas. Al comprender estos mecanismos, los científicos pueden explorar nuevas estrategias terapéuticas destinadas a eliminar agregados de proteínas, restaurar las vías de eliminación de desechos celulares y ralentizar la progresión de la enfermedad.