Las bacterias producen y liberan moléculas de señalización química llamadas autoinductores. Cuando la concentración de autoinductores en el medio ambiente alcanza un umbral crítico, se desencadena un cambio en la expresión genética de las bacterias. Este cambio en la expresión genética puede provocar cambios en el comportamiento de las bacterias, como la producción de toxinas, la formación de biopelículas o la activación de factores de virulencia.
La detección de quórum permite a las bacterias coordinar su comportamiento y expresión genética en respuesta a una variedad de señales ambientales, como la disponibilidad de nutrientes, la densidad de población y la presencia de otras bacterias o células huésped. Este proceso de comunicación es esencial para la supervivencia y el éxito de las bacterias en su entorno.
Las bacterias también utilizan la detección de quórum para comunicarse con nuestras células. Por ejemplo, algunas bacterias producen autoinductores que pueden unirse a receptores de nuestras células y desencadenar una respuesta. Esta respuesta puede provocar cambios en nuestra respuesta inmune, inflamación u otros procesos celulares.
La detección de quórum es un proceso complejo y fascinante que es esencial para la supervivencia y el éxito de las bacterias. Al comprender cómo se comunican las bacterias entre sí y con nuestras células, podemos desarrollar nuevas estrategias para controlar las infecciones bacterianas y mejorar nuestra salud.