Cuando una colonia de hormigas enfrenta una amenaza de depredación, responde con acciones defensivas coordinadas que involucran a varias hormigas trabajando juntas de manera sincronizada. Este comportamiento se puede observar en varias especies de hormigas, incluidas las bien estudiadas hormigas cortadoras de hojas.
Cuando se detecta un depredador, la colonia inicia una serie de respuestas:
1. Feromonas de alarma: La hormiga atacada libera una feromona de alarma que alerta a las hormigas cercanas del peligro. Esta señal de feromona se propaga rápidamente, movilizando un gran número de hormigas al lugar de la amenaza.
2. Reclutamiento: Las hormigas alarmadas reclutan compañeros adicionales para unirse a la defensa. Se comunican a través de senderos químicos e interacciones físicas, lo que lleva a un grupo cada vez mayor de hormigas a la fuente de la amenaza.
3. Movilización: Las hormigas participan colectivamente en estrategias de defensa, como morder, picar o repeler al depredador mediante secreciones químicas. Trabajan juntos para abrumar o ahuyentar al depredador.
4. Toma de decisiones colectiva: En algunas especies de hormigas, la colonia puede decidir colectivamente cuál es la estrategia de defensa adecuada. Por ejemplo, algunas colonias de hormigas pueden optar por formar enjambres y atacar al depredador, mientras que otras pueden optar por una defensa más dispersa, rodeando y aislando la amenaza.
5. División del Trabajo: Diferentes hormigas dentro de la colonia asumen roles específicos durante la defensa. Por ejemplo, las hormigas soldado pueden formar la primera línea de defensa, mientras que otras hormigas pueden transportar compañeros de nido heridos o transportar recursos para la defensa.
6. Reubicación de emergencia: En casos extremos, la colonia puede decidir reubicar todo el nido en un lugar más seguro. Este comportamiento implica un esfuerzo coordinado de muchas hormigas para transportar crías, alimentos y otros artículos esenciales al nuevo sitio.
Estas respuestas muestran la capacidad de la colonia para actuar como una entidad unificada. Cada hormiga contribuye al esfuerzo colectivo y sus acciones se coordinan mediante señales de feromonas, comunicación y división del trabajo. Este nivel de organización permite a la colonia responder rápida y eficazmente a las amenazas externas, asegurando su supervivencia como una unidad cohesiva.