Hay varias maneras en que las motivaciones de las personas pueden sesgar su recopilación de información. Una forma es mediante la atención selectiva. Esto significa que las personas prestan más atención a la información que es consistente con sus creencias y menos atención a la información que no lo es. Por ejemplo, una persona que cree que el cambio climático es un engaño puede tener más probabilidades de prestar atención a artículos de noticias que respalden esta creencia y menos probabilidades de prestar atención a artículos que la contradicen.
Otra forma en que las motivaciones de las personas pueden sesgar la recopilación de información es mediante el sesgo de confirmación. Esto significa que las personas tienden a buscar información que confirme sus creencias existentes y evitan la información que las contradice. Por ejemplo, una persona que cree que es buena en matemáticas puede tener más probabilidades de buscar problemas matemáticos que pueda resolver y menos probabilidades de buscar problemas que no pueda resolver.
Por último, las motivaciones de las personas también pueden sesgar su interpretación de la información. Esto significa que las personas tienden a interpretar la información de una manera coherente con sus creencias existentes. Por ejemplo, una persona que cree que el gobierno es corrupto puede tener más probabilidades de interpretar artículos periodísticos sobre el gobierno de manera negativa, incluso si los artículos no son realmente negativos.
Éstas son sólo algunas de las formas en que las motivaciones de las personas pueden sesgar su recopilación de información. Al ser conscientes de estos sesgos, podemos ser más críticos con la información que consumimos y tomar decisiones más informadas.
A continuación se ofrecen algunos consejos para evitar sesgos en la recopilación de información:
* Sé consciente de tus propias motivaciones. ¿Qué esperas descubrir? ¿Cuáles son tus creencias sobre el tema?
* Busque información de una variedad de fuentes. No confíe únicamente en una fuente o en fuentes que confirmen sus creencias existentes.
* Sea crítico con la información que consume. No acepte simplemente todo lo que lea o escuche al pie de la letra. Pregúntese si la información es creíble y si está respaldada por pruebas.
* Esté abierto a cambiar de opinión. La nueva información puede desafiar sus creencias existentes. Esté dispuesto a considerar nuevas pruebas y cambiar de opinión si es necesario.
Si sigue estos consejos, podrá evitar sesgos en la recopilación de información y tomar decisiones más informadas.