Las razones para esto son dos. En primer lugar, un cambio hacia dietas basadas en plantas reduciría la demanda de carne y productos animales, lo que provocaría una disminución de las ventas y los ingresos de las empresas cárnicas. En segundo lugar, el cambio a proteínas de origen vegetal podría conducir a cambios en la forma en que se utiliza la tierra, con un mayor enfoque en el cultivo de plantas para la alimentación en lugar de la cría de ganado. Esto podría reducir la necesidad de tierras de pastoreo, lo que daría como resultado una disminución de la demanda de carne.
Es importante señalar que la industria cárnica es un sistema complejo que involucra a una amplia gama de partes interesadas, desde agricultores y ganaderos hasta procesadores de carne, minoristas y restaurantes. Es probable que varíe la forma en que cualquier posible cambio a dietas basadas en plantas afectaría a estos diferentes grupos.
Además, el aumento de sustitutos de la carne de origen vegetal, como hamburguesas, salchichas y nuggets de pollo alternativos, también podría erosionar la participación de mercado de la industria cárnica tradicional. Estos productos ofrecen una opción cómoda y accesible para los consumidores que buscan reducir su consumo de carne sin renunciar al sabor y la textura de la carne.
En resumen, si bien puede haber algunos segmentos específicos de la industria cárnica que potencialmente podrían beneficiarse de un cambio hacia dietas vegetarianas o veganas, generalmente no es exacto afirmar que la industria cárnica en su conjunto ganaría mucho con tal cambio.