Se sabe desde hace mucho tiempo que la lámina nuclear, compuesta principalmente de proteínas lamínicas, proporciona soporte estructural al núcleo, evitando su colapso bajo las fuerzas generadas por los procesos celulares. Sin embargo, estudios recientes han revelado que la lámina nuclear no es simplemente un armazón pasivo; Participa activamente en la regulación de la expresión genética y otras funciones celulares esenciales.
En un nuevo estudio publicado en la revista 'Nature Cell Biology', investigadores del Instituto Francis Crick de Londres, Reino Unido, han identificado una modificación previamente desconocida de la lámina A, uno de los principales componentes de la lámina nuclear. Esta modificación, denominada "fosforilación de la lamina A", se produce cuando un grupo fosfato se une a un aminoácido específico dentro de la proteína de la lamina A.
Los investigadores descubrieron que la fosforilación de la lamina A se desencadena en respuesta al estrés mecánico, como el estiramiento o la compresión de la célula. Esta modificación conduce a una reorganización de la lámina nuclear, haciéndola más rígida y resistente a la deformación.
Al manipular los niveles de fosforilación de la lamina A en las células, los investigadores pudieron demostrar su papel crucial en el mantenimiento de la forma y la integridad nucleares. La reducción de la fosforilación de la lamina A hizo que el núcleo fuera más susceptible al colapso, mientras que el aumento de la fosforilación endureció el núcleo y lo hizo más resistente al estrés mecánico.
Este estudio proporciona información importante sobre la naturaleza dinámica de la lámina nuclear y su papel en la respuesta a señales mecánicas del entorno celular. Comprender los mecanismos detrás de la remodelación de la lámina nuclear podría arrojar luz sobre diversas enfermedades asociadas con defectos nucleares, como la distrofia muscular y ciertos tipos de cáncer.