Investigadores de la Universidad de Bristol utilizaron microscopía de alta velocidad para filmar espermatozoides nadando en tres dimensiones. Descubrieron que los espermatozoides en realidad nadan con un movimiento helicoidal o de sacacorchos, no con un movimiento de látigo.
Este nuevo hallazgo podría tener implicaciones para comprender cómo los espermatozoides fertilizan los óvulos y para desarrollar nuevos métodos anticonceptivos.
La visión tradicional de la natación de espermatozoides
La visión tradicional de la natación de los espermatozoides se basa en observaciones realizadas por los primeros microscopistas de los siglos XVII y XVIII. Estos microscopistas utilizaron microscopios simples para observar los espermatozoides nadando en dos dimensiones. Vieron que los espermatozoides nadaban en línea recta, con la cola batiendo como un látigo.
Se pensaba que este movimiento de látigo era la fuerza impulsora detrás de la natación de los espermatozoides. Se creía que la cola del espermatozoide actuaba como una hélice, empujándolo hacia adelante.
La nueva investigación
La nueva investigación, dirigida por el Dr. Hermes Gadêlha, desafía la visión tradicional de la natación de los espermatozoides. El Dr. Gadêlha y su equipo utilizaron microscopía de alta velocidad para filmar espermatozoides nadando en tres dimensiones. Descubrieron que los espermatozoides en realidad nadan en un movimiento helicoidal o de sacacorchos.
Este movimiento helicoidal es generado por la cola del espermatozoide, que late con un movimiento ondulatorio. Las ondas viajan desde la base de la cola hasta la punta, haciendo que los espermatozoides giren sobre su eje.
El movimiento helicoidal de los espermatozoides es mucho más eficiente que el movimiento de látigo. Permite que los espermatozoides naden más rápido y con mayor precisión hacia el óvulo.
Implicaciones de la nueva investigación
La nueva investigación tiene varias implicaciones para comprender cómo los espermatozoides fertilizan los óvulos y para desarrollar nuevos métodos anticonceptivos.
En primer lugar, la nueva investigación ayuda a explicar cómo los espermatozoides pueden fertilizar los óvulos. El movimiento helicoidal de los espermatozoides les permite nadar a través del moco espeso que recubre el tracto reproductivo femenino y llegar al óvulo.
En segundo lugar, la nueva investigación podría conducir al desarrollo de nuevos métodos anticonceptivos. Al comprender cómo nadan los espermatozoides, los científicos podrán desarrollar nuevos medicamentos que impidan que los espermatozoides lleguen al óvulo.
La nueva investigación sobre la natación de los espermatozoides es un avance significativo que desafía una suposición arraigada desde hace mucho tiempo. Tiene el potencial de mejorar nuestra comprensión de la reproducción y conducir a nuevos métodos anticonceptivos.