Selección natural: La selección natural es el proceso mediante el cual los organismos mejor adaptados a su entorno tienen más probabilidades de sobrevivir y reproducirse. Esto significa que es más probable que los órganos que son esenciales para la supervivencia y la reproducción se preserven y se transmitan a las generaciones futuras. Por ejemplo, el corazón es esencial para bombear sangre por todo el cuerpo, por lo que está muy conservado en todos los animales.
Deriva genética: La deriva genética es el cambio aleatorio en la frecuencia de los alelos en una población. Esto puede provocar la pérdida de ciertos genes y la evolución de nuevos genes. Por ejemplo, la pérdida del gen de la enzima lactasa en algunas poblaciones humanas provocó la incapacidad de digerir la lactosa, el azúcar que se encuentra en la leche.
Limitaciones de desarrollo: Las limitaciones del desarrollo son limitaciones en la forma en que un organismo puede desarrollarse. Estas limitaciones pueden ser causadas por una serie de factores, como la estructura del organismo o la disponibilidad de recursos. Por ejemplo, el tamaño del corazón de un animal está limitado por el tamaño de su cavidad torácica.
Adaptación: La adaptación es el proceso mediante el cual los organismos se adaptan mejor a su entorno. Esto puede ocurrir mediante selección natural, deriva genética o limitaciones del desarrollo. Por ejemplo, la evolución de un pelaje más grueso en animales que viven en climas fríos es una adaptación que les ayuda a sobrevivir en condiciones duras.
Estos son sólo algunos de los factores que han dado forma a las funciones de los órganos a lo largo de la evolución. La compleja y diversa gama de órganos que vemos en el mundo hoy es el resultado de millones de años de cambio evolutivo.