Las células se mueven constantemente en nuestro cuerpo y deben poder hacerlo sin adherirse a las superficies con las que entran en contacto. Esto se debe a que si las células se adhieran a todo lo que tocan, no podrían moverse libremente y realizar sus funciones.
Los investigadores descubrieron que las células utilizan un tipo especial de proteína llamada integrina para evitar la adhesión. Las integrinas son proteínas que ayudan a las células a adherirse a las superficies, pero también pueden usarse para repeler las células de las superficies. Los investigadores descubrieron que cuando las células se mueven, utilizan integrinas para empujar contra la superficie en la que se encuentran, lo que crea una fuerza repulsiva que les ayuda a avanzar.
Este hallazgo podría tener implicaciones importantes para comprender y tratar enfermedades como el cáncer y la inflamación. En el cáncer, las células a menudo se desprenden del tejido circundante y comienzan a moverse libremente. Esto puede provocar la formación de metástasis, que son colonias de células cancerosas que se han diseminado a otras partes del cuerpo. Los investigadores creen que su hallazgo podría ayudar a desarrollar nuevos fármacos que impidan que las células cancerosas se muevan y se propaguen.
La inflamación es otra enfermedad que se caracteriza por el movimiento de las células. En la inflamación, los glóbulos blancos se desplazan al lugar de la infección o lesión para combatir los patógenos invasores o el tejido dañado. Los investigadores creen que su hallazgo podría ayudar a desarrollar nuevos fármacos que controlen el movimiento de los glóbulos blancos y reduzcan la inflamación.
Los investigadores continúan estudiando el papel de las integrinas en el movimiento celular y cómo podría usarse para desarrollar nuevos fármacos para el tratamiento del cáncer y la inflamación.