No existe evidencia científica que respalde la idea de que una sola mutación genética pueda conducir a una mayor inteligencia en los humanos o en cualquier otro organismo. La inteligencia es un rasgo complejo influenciado por numerosos factores genéticos, ambientales y de desarrollo. Si bien las variaciones en ciertos genes pueden estar asociadas con las capacidades cognitivas, atribuir una mayor inteligencia únicamente a una única mutación genética es una simplificación excesiva y una imprecisión.