1. Observa las branquias. Los hongos comestibles suelen tener branquias de color blanco, marrón claro o rosado. Los hongos venenosos suelen tener branquias rojas, negras o marrones.
2. Revisa la tapa. Los hongos comestibles suelen tener tapas suaves y carnosas. Los hongos venenosos suelen tener sombreros escamosos, verrugosos o viscosos.
3. Huele el hongo. Los hongos comestibles suelen tener un agradable olor a tierra. Los hongos venenosos pueden tener un olor fuerte y desagradable, como el del cloro o el de las almendras.
Es importante tener en cuenta que estos consejos no son infalibles y que existen excepciones a cada regla. Consulte siempre con un experto o utilice recursos de identificación profesionales antes de consumir cualquier hongo silvestre. Si no está seguro acerca de un hongo, es mejor ser cauteloso y evitar comerlo.