1. Predisposición genética:
Los gatos domésticos descienden de gatos monteses que vivían en grupos sociales. Es posible que algunos rasgos genéticos que promueven la cooperación y la tolerancia social se hayan conservado durante la domesticación, lo que permitió que ciertas poblaciones de gatos formaran colonias.
2. Disponibilidad de recursos:
Los recursos adecuados de alimentos, agua y refugio pueden influir en la vida en grupo. Cuando los recursos son abundantes y estables, la competencia entre gatos disminuye, haciendo más factible su convivencia.
3. Parentesco:
Los gatos que viven en grupos suelen estar relacionados entre sí. Estos grupos familiares suelen formarse cuando una gata (reina) y su descendencia permanecen juntas. Los gatos emparentados pueden exhibir niveles más altos de tolerancia y cooperación, lo que reduce los conflictos dentro del grupo.
4. Territorialidad:
Los gatos son animales territoriales, pero el tamaño y la naturaleza de sus territorios pueden variar. En entornos urbanos o áreas con espacio limitado, los gatos pueden tener territorios superpuestos, lo que lleva a la formación de colonias donde varios gatos comparten un área común mientras defienden sus territorios individuales.
5. Comunicación y Aprendizaje Social:
Los gatos se comunican mediante vocalizaciones, lenguaje corporal y marcas olfativas. La vida en grupo permite a los gatos aprender unos de otros y desarrollar comportamientos sociales compartidos. Pueden imitar y adoptar comportamientos observados en los miembros de su grupo, incluida la caza, el aseo y el juego.
6. Castración y Esterilización:
Castrar a los gatos machos (castración) y esterilizar a las gatas (ovariohisterectomía) puede reducir la competencia reproductiva y la agresión, lo que hace que sea más probable que los gatos vivan juntos pacíficamente.
7. Factores ambientales:
El medio ambiente juega un papel en la configuración del comportamiento social. Es más probable que los gatos que viven al aire libre formen colonias debido a la presencia de depredadores y recursos limitados, mientras que los gatos de interior pueden vivir en grupos debido al confinamiento y la disponibilidad de recursos compartidos.
8. Interacción humana:
Los humanos también pueden influir en el comportamiento de vida grupal de los gatos. Proporcionar comida y refugio con regularidad puede atraer y mantener colonias de gatos, mientras que el manejo proactivo y las prácticas responsables de tener gatos pueden ayudar a prevenir conflictos y promover la coexistencia armoniosa dentro de los grupos de gatos.
Es importante tener en cuenta que no todos los gatos domésticos son aptos para vivir en grupo. Algunos gatos pueden tener fuertes tendencias solitarias y prefieren vivir solos. Las personalidades individuales, las experiencias pasadas y los factores ambientales pueden influir en las preferencias sociales de un gato y su capacidad para prosperar en un entorno grupal.